1 de enero de 2018

Más protección para el tigre de Bengala

Las autoridades de Bangladesh se han tomado muy en serio la protección del tigre de Bengala y, entre otras medidas, han decidido crear una unidad especial para defender a este animal y, de paso, a otros animales, de los cazadores furtivos. Esta unidad especial estará compuesta por trescientos hombres, que patrullarán los bosques de Sundarbans, uno de los últimos hábitats donde estos tigres, en peligro de extinción, pueden vivir a gusto.La decisión de crear este cuerpo especial de guardas se ha tomado meses después de que se incautaran tres pieles y varios huesos de tigre, lo que suponía la mayor confiscación de comercio ilegal de tigre de Bengala en los últimos años.

Dónde vive el tigre de Bengala

En la zona de los manglares, fronteriza con India, todavía vive una población de unos cuatrocientos tigres. Pero, hasta ahora, la caza furtiva no era considerada como la principal amenaza para estos animales. En realidad, en Bangladesh, el tigre de Bengala se considera como el animal nacional y es respetado y hasta idolatrado.Sin embargo, a principios de este mismo año de 2011, se arrestó a un cazador furtivo con pieles y huesos de tigre y se comenzó a sospechar que un grupo organizado de delincuentes estaba actuando en los bosques de Sundarbans.
Ante este hecho, los funcionarios de Bangladesh no tuvieron más remedio que admitir que no necesitaban más personal para cuidar de esta zona natural, así como recursos y capacitación. Mientras los cazadores furtivos usaban técnicas cada vez más refinadas para atrapar a los tigres, los guardas no evolucionaban.El ministro de Medio Ambiente y Bosques, Hasan Mahmud, también admitió que tenían que haber creado una unidad especial para proteger a los animales hace tiempo.
Además, el personal del departamento forestal de Bangladesh necesitaba más formación. Así, aparte de la creación de la nueva unidad especial de protección del tigre, se ha decidido entrenar y equipar mejor a los que la componen. Parte de la financiación proviene de un préstamo del Banco Mundial.
Marina Gago

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